De nuevo leo en prensa que la Administración "está pensando" en introducir la atención de enfermos privados en centros sanitarios públicos. Tengo que mostrar otra vez mi desacuerdo en cuanto a ello, como ya lo hice 21 de Septiembre del 2006 a les 20 h. en la presentación a debate del documento "Las Prestaciones Privadas en las Organizaciones Sanitarias Públicas" de la Fundación Griffols en el Colegio de Médicos de Barcelona los academicos de la mesa defendían la etica de la propuesta. Explicaré mi desacuerdo. En los años cincuenta, con 12 años de edad, estuve ingresado como paciente quirúrgico en la Sala General de Cirugia A (Prof.Piulachs) del Hospital Clínico y Provincial de Barcelona. Durante un mes vi cómo se me "colaban" los pacientes quirúrgicos ingresados en la Sala de Distinguidos, a pesar de que mi intervención estaba programada, como lo demostraba el hecho de que, en varias ocasiones, me habían dejado en ayunas desde la noche anterior. Más tarde en los setenta, ya como médico en el Hospital Infantil de Vall d'Hebron, comprobé cómo en un sistema público más moderno y transparente ya no existían dos listas de espera. La propuesta "que está pensando" la Administración me parece un retorno a un pasado marcado por la falta de equidad. También estoy en desacuerdo porque esta práctica complica la actividad sanitaria, pues resulta difícil llevar a cabo un control independiente y estricto de dos listas de espera; y más si el centro también atiende a pacientes de mutuas. La confianza es regla de oro en calidad asistencial sanitaria. Después de 40 años como médico hospitalario en el sector público veo en la política catalana cada día más amenazas que oportunidades de sostenibilidad en la politica del Govern. (El Periódico 29 08 2011)
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