Com fer perquè el debat entre professionals sanitaris sigui cada vegada mes ampli, seré i eficient?


Com fer perquè el debat entre professionals sanitaris sigui cada vegada  mes ampli, seré i eficient?

dijous, 7 de febrer del 2013

Grecia: sense diners no hi ha quimioteràpia


En Grecia sigue aumentando el número de pobres. Quien se enferma puede precipitarse a un abismo, de no ser por algunas iniciativas humanitarias que atienden a los más necesitados.
Con mucho trabajo la pequeña Athiná apenas puede sostenerse. “Está debilitada por el hambre”, afirma Èlena Bazakopoulou, que se arrodilla al lado de la niña y le ofrece un dulce. “Quédate sentada con la muñequita”, le dice. Athiná sale rápido de su reserva cuando Elena comienza a hablarle de la escuela y de sus seis hermanos. “¿Se divierten cuando están juntos o también pelean?”, pregunta Èlena. La niña se ríe y contesta: “Con Odiseas y Iraklís nos peleamos por los juguetes".

Aunque de la noche a la mañana a la familia le llegó el agua al cuello por no poder seguir pagando sus cuentas, su mayor problema es que el hermano de Athiná tiene un fallo cardíaco. Por ello su madre buscó ayuda en la Clínica Social Metropolitana, que se encuentra en lo que era el viejo cuartel militar estadounidense, en el barrio ateniense de Ellinikón.

La clínica fue fundada el 15 de diciembre de 2011 por cuatro médicos y siete voluntarios cercanos al cardiólogo Giorgos Víchas, quien se percató de que un número creciente de personas perdían el empleo y con ello el acceso a todo servicio médico. Hasta agosto de 2012 llegaron unas 1.200 personas. Pero después los pacientes llegaron en tropel. Solo en los últimos tres meses unas 1.800 personas visitaron la clínica.
La voluntaria Elena Bazakopoulou, muestra la farmacia de la clínica.


Crecimiento vertiginoso

Entre tanto aquí trabajan unos 70 médicos, dentistas, farmacólogos, psicólogos y otros terapeutas y especialistas, ya sea por hora o por día, de manera paralela a sus empleos regulares. El cardiólogo Giorgos Víchas atiende los jueves y los sábados y pasa casi a diario para resolver cuestiones administrativas. Entre tanto, un centenar de voluntarios coordina las citas de los pacientes, su propio trabajo y las donaciones.

La recepción, en donde los pacientes son admitidos, es el corazón de la clínica. Según Èlena Bazakopoulou, ya no hay citas disponibles hasta dentro de cuatro semanas. Por ello, el equipo busca colegas que estén dispuestos a trabajar aquí. También quieren intensificar la cooperación con otros hospitales. Los enfermos de cáncer que llegan a la clínica ya son atendidos en la Clínica de Oncología de la Universidad de Sotiría.

Una enferma de cáncer buscó en vano, durante cuatro meses, ser tratada en algún hospital. Como no podía pagar, la rechazaban. Hasta que llegó a la clínica. Aunque el cáncer ya había avanzado, fue aceptada en Sotiría, en donde recibió la quimioterapia gratuita. También cooperan otras dos clínicas de maternidad. Una mujer que llegó con siete meses de embarazo y hasta entonces no había sido auscultada dio a luz a una niña sana. “Tras el nacimiento trajo a la niña para que la revisaran, se le veía la alegría en los ojos porque su embarazo tuvo buen fin”, afirma Giorgos Víchas.
El cardiólogo Georgios Víchas.


Medicamentos para todo

En la farmacia se almacenan todo tipo de medicamentos, desde tabletas para el dolor de cabeza hasta medicinas para quimioterapia. A veces los familiares de pacientes que han fallecido traen los medicamentos que les sobran. Uno de los orgullos de la clínica es una silla de dentista que donó un médico cuando se jubiló. No se aceptan donaciones en metálico. La clínica se entiende como la respuesta al sistema de salud griego, en donde el dinero ha corrompido a médicos y enfermeras.

“Es un sistema corrupto a todo nivel”, afirma el cardiólogo, pero según él la crisis es una catarsis que obligará a transformarlo todo, de lo contrario caerá en el abismo. Entre tanto la madre de Athiná ha recibido una cita en un hospital que coopera con la clínica. El tratamiento es gratuito.
Autora: Daphne Grathwohl / Eva Usi
Editor: Diego Zúñiga



Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada